Trastorno de pánico
1 ¿Qué es el trastorno de pánico?
2 Criterio diagnóstico DSM
3 Criterio Diagnóstico CIE
1 ¿Qué es el trastorno de pánico?
1 Las personas con trastorno de pánico experimentan sentimientos de terror que se producen de repente y sin aviso. No pueden predecir cuando ocurrirá y muchas desarrollan una ansiedad intensa entre los episodios, al temer cuándo y dónde se producirá el siguiente.
"Empezó hace 10 años justo después de obtener mi título universitario e iniciar un nuevo trabajo. Estaba asistiendo a un seminario comercial en un hotel y esa cosa apareció de repente. Me sentí morir.
“Para mí, un ataque de pánico es una experiencia muy violenta. Me siento como apartada de la realidad. Como si fuera a perder el control de una forma muy extrema. Mi corazón late con mucha fuerza y no puedo respirar con facilidad, también se apodera de mi un sentimiento de que algo terrible va a pasarme.
“Entre ataque y ataque aparece el miedo y la ansiedad de que pueda sucederme de nuevo. Temo ir a los lugares donde me ha sobrevenido el ataque. A menos de que pueda conseguir ayuda, pronto no habrá lugar donde me pueda sentir segura”.
Si usted experimenta un ataque de pánico, muy probablemente su corazón latirá con fuerza y se puede sentir débil, mareado o con la visión borrosa. Las manos pueden experimentar hormigueo o sentirlas entumecidas, así como experimentar excesivo calor o frío. También puede sentir nauseas, dolor en el pecho o sensación de ahogo, sentido de irrealidad o miedo de muerte inminente o pérdida de control. Es posible que crea que está teniendo un ataque cardíaco, se está volviendo loco o se halla al borde de la muerte.
Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento, incluso durante el sueño. Suele llegar a su cumbre en 10 minutos, aunque algunos síntomas pueden durar mucho más.
Los trastornos de pánico afectan a un 2,5% de la población es dos veces más común entre las mujeres que entre los hombres. Suele aparecer después de la adolescencia o temprana madurez. El riesgo de padecer ataques de pánico parece provenir de factores hereditarios. No todo aquel que experimenta ataques de pánico desarrollará un trastorno de pánico –por ejemplo, muchas personas tienen un ataque de pánico pero nunca experimenta otro-. Para aquellas personas que tienen un trastorno de pánico, sin embargo, es importante la búsqueda de tratamiento; de lo contrario, el trastorno puede llegar a ser altamente limitante.
Muchas personas con trastorno de pánico suelen efectuar repetidas visitas a las salas de urgencias de los hospitales o consultar con varios doctores antes de obtener un diagnóstico adecuado y pueden pasarse años sin saber que padecen una enfermedad real y con tratamiento.
Uno puede creer que está teniendo un ataque cardíaco, se está volviendo loco o se halla al borde de la muerte. Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento, incluso durante el sueño.
Los trastorno de pánico pueden ir acompañados de otros trastornos como depresión, abuso de drogas o alcoholismo y puede conducir a patrones de evitación o lugares o situaciones donde o0currieron los ataques de pánico. Por ejemplo, si el ataque de pánico se produjo en un ascensor, es posible que se desarrolle un miedo a los ascensores. Si empieza a evitarlos ello podría afectar a su elección de un empleo, apartamento e imprimir limitaciones en el resto de su vida.
La vida de algunas personas se ven limitadas en actividades tan normales como las compras cotidianas o conducir su vehículo. En algunos casos se encierran en sus casas o solamente se atreven a afrontar las situaciones temidas si van acompañados por sus parejas o alguna otra persona en quien confíen.
Básicamente, estas personas evitan cualquier situación en las que se puedan sentir sin ayuda si se produjera un ataque de pánico. Cuando la vida de las personas se ve limitada de esta forma, como suele suceder en un tercio de los afectados por un trastorno de pánico, se denomina agorafobia. La prontitud en el tratamiento puede a menudo prevenir la agorafobia.
El trastorno de pánico es uno de los trastornos de ansiedad más fácilmente tratables, respondiendo en la mayoría de los casos a una terapia adecuada.
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2 Criterios para el diagnóstico de crisis de angustia (panic attack)
Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de cuatro (o más) de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 min:
1. palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca
2. sudoración
3. temblores o sacudidas
4. sensación de ahogo o falta de aliento
5. sensación de atragantarse
6. opresión o malestar torácico
7. náuseas o molestias abdominales
8. inestabilidad, mareo o desmayo
9. desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo)
10. miedo a perder el control o volverse loco
11. miedo a morir
12. parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo)
13. escalofríos o sofocaciones
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3 F41.0 Trastorno de pánico (ansiedad paroxística episódica)
Su característica esencial es la presencia de crisis recurrentes de ansiedad grave (pánico) no limitadas a ninguna situación o conjunto de circunstancias particulares. Son por tanto imprevisibles. Como en otros trastornos de ansiedad, los síntomas predominantes varían de un caso a otro, pero es frecuente la aparición repentina de palpitaciones, dolor precordial, sensación de asfixia, mareo o vértigo y sensación de irrealidad (despersonalización o desrealización). Casi constantemente hay un temor secundario a morirse, a perder el control o a enloquecer. Cada crisis suele durar sólo unos minutos, pero también puede persistir más tiempo. Tanto la frecuencia como el curso del trastorno, que predomina en mujeres, son bastante variables. A menudo el miedo y los síntomas vegetativos del ataque van creciendo de tal manera que los que los padecen terminan por salir, escapar, de donde se encuentran. Si esto tiene lugar en una situación concreta, por ejemplo, en un autobús o en una multitud, como consecuencia el enfermo puede en el futuro tratar de evitar esa situación. Del mismo modo, frecuentes e imprevisibles ataques de pánico llevan a tener miedo a estar sólo o a ir a sitios públicos. Un ataque de pánico a menudo se sigue de un miedo persistente a tener otro ataque de pánico.
Pautas para el diagnóstico
Las crisis de pánico que se presentan en una situación fóbica consolidada se consideran expresión de la gravedad de la fobia y ésta tiene preferencia para el diagnóstico. El trastorno de pánico es el diagnóstico principal sólo en ausencia de cualquiera de las fobias de F40.-.
Para un diagnóstico definitivo deben de presentarse varios ataques graves de ansiedad vegetativa al menos durante el período de un mes:
a) En circunstancias en las que no hay un peligro objetivo.
b) No deben presentarse sólo en situaciones conocidas o previsibles.
c) En el período entre las crisis el individuo debe además estar relativamente libre de ansiedad aunque es frecuente la ansiedad anticipatoria leve.
Incluye:
Ataques de pánico.
Estados de pánico.
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* Nota: La información facilitada en este portal es sólo de carácter orientativo. Recuerde que únicamente el profesional de la salud está capacitado para efectuar un diagnóstico.
Fuentes:
NIMH (Instituto Nacional de la Salud Mental)
DSM- IV (Asociación Americana de Psiquiatría)
CIE -10 (Organización Mundial de la Salud)
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